sábado, 12 de octubre de 2013

ESENCIA PATRIA (UN RELATO EXPAÑOL) -Inicio- (IV Premio de Teatro Martín Recuerda)

Prólogo.

Ciudad de Manila 27 de agosto del dosmildocientosotrescientos.

(En una barra de bar o similar un hombre relata su peripecia vital a un absorto camarero oriental)

Viriato.- No sé porqué te cuento todo esto, tú eres un camarero, nunca nos habíamos visto, y estoy en las antípodas de mi patria excelsa. A pesar de todo, consciente de tu interés, prosigo mi narración, y como ya antes, te había referido, mi memoria me dicta, que todo comenzó cuando una mujer acudió a mi despacho, ella andaba buscando  a un tipo, a su novio, un legionario de los tercios de Melilla, que había desaparecido, sin dejar rastro, de tal suerte, que semejaba que se lo había tragado la tierra. La mujer parecía muy alterada y necesitaba  mi detectivesca asistencia, a toda costa, para volver a pescar a su palomo.  Yo no suelo meter las narices en  pleitos de enamorados ni cornamentas, uno tiene, ya, cierto caché, y  no me cuadra a mí, tan vodevilesco género.  Soy detective de mucho más calado. Sin embargo este caso tenía especial enjundia, que lo hacía un desafío apetecible.  Y me embarqué en él con toda mi sapiencia.  En fin, la totalidad de las búsquedas, como sabrás,  constan de pesquisa, interrogatorio y conclusión, y las pesquisas de este caso se dibujaban, allende los Pirineos y allende la mar océana, en latitudes que en otro tiempo formaron parte del imperio que asombró al mundo, y esquivó con fortuna al astro rey.  En tierras de estas Islas Filipinas, perlas, siglos ha, de la sin par corona de Castilla pero ahora convertidas, por desgracia, en refugio del pirata, del infiel y del masón, con perdón si el comentario ofende.  Y aquí estoy, solo y perdido en las antípodas de mi eterna Expaña.  Y sin saber muy bien porqué, mi intuición me ha conducido, hasta este lugar; que no es sinó un antro en las afueras de Manila, en el que el vicio, la corrupción y el pecado campan a sus anchas, poderosos, y mi perdón reitero, por si  el epíteto atraganta...

Camarero.- (Silencio)

Viriato.- Por cierto, y ya que hemos entrado en mayor conocimiento mutuo.  Esto..., silencioso mancebo, tú hablas mi idioma, ¿verdad?

Camarero.- ¿Eh?

Viriato.- ¿Hablas expañol?

Camarero.-  No entender, yo sólo hablar filipino.


Viriato.- Bueno, bueno, no importar, yo no solamente dominar la inmortal lengua de Garcilaso sino que saber hablar, también extranjero.


Camarero.- Ahora sí entender.

Viriato.- En fin, tú poner copa mí.

Camarero.- Aquí tener.

Viriato.- (Enseñándole foto al camarero) ¿Tú haber visto hombre blanco éste por aquí?

Camarero.- (Repentinamente asustado) Tú ser demoño expañol, tú querer problemas.

Viriato.- ¿De qué me hablas?

Camarero.- ¿Qué?  No entender.

Viriato.- ¿De qué hablarme tú?

Camarero.- (Amenazándole con un arma) Tú tomar a pobre camarero por idiota, tú morir ahora.

Viriato.- ¿Pero qué coño te pasa?

Camarero.- ¿Qué?

Viriato.- ¿Qué coño pasarte?

Camarero.- Tú enseñarme foto de bicho tabú, tú querer que yo tener problemas con dioses de infierno, yo matar a ti...

Viriato.- ¿Qué dices, no puedes matar así a un expañol, qué osadía?

Camarero.- Expañol demoño morir...

Último de Filipinas.- (Irrumpiendo espectacular ante el asombro de camarero y detective) Alto ahí.

Camarero.- (Aterrado) Oh no, estar perdido.

Viriato.- ¿Qué pasar?

Camarero.- (Huyendo) Ser “El último de Filipinas”, yo huir.


(El recién llegado, rompe a cantar, contra todo pronóstico; e interpreta con tono alegre y vivaracho, cercano al que le imprimiría un Antonio Molina o un Juanito Valderramas –tal vez ribeteada con algún que otro sonoro gorgorito-, la canción titulada: ¡FILIPINAS NO SE RINDE!:)

Si alguien dice que Filipinas
No es ya un trozo de Expaña
Te diré, si no lo adivinas
Que esa persona te engaña.

Mientras este humilde soldado
Sostenga nuestra bandera
Seguirán siendo expañolas
Todas estas islas enteras.

Los nativos no tienen razón,
Aunque todos piensen igual,
Filipinas no es una nación
Que es provincia de ultramar.

Lo de Cuba no tiene remedio,
Puerto Rico también se perdió,
Mas aquí, mientras yo siga en medio,
Esto es territorio ejpañoool.

Por mucho empeño que pongan
En la autodeterminación,
No quiero que Expaña se rompa,
Filipinas no es una nación.


Viriato.- ¿”El último de Filipinas”?

Último de Filipinas.- Ese soy yo, sí señor.

Viriato.- Tú.


Último de Filipinas.- Sí, soy el último superviviente de la soberanía expañola en estas islas, y no me rendiré jamás, todos mis compañeros de guarnisión han muerto por esta bandera, y yo soy “El último de Filipinas”, como ya se ha mensionado.  Y cuando un expañol u compatriota, nesesita ayuda...

Viriato.- ¡Baldomero, amigo!

Último de Filipinas.- ¿Nos conosemos?...

Viriato.- Te has olvidado de tu etapa de picador.

Último de Filipinas.- Sí, siertamente, yo antes de ser soldado expañol en las Islas Filipinas, fuí picaor de toros, es verdá, en una cuadrilla muy famosa, la del gran diestro...

Viriato.- Viriato de Triana, ¿no te acuerdas de mí?

Último de Filipinas.- ¿Maestro eres tú?

Viriato.- ¿No me conoces, gañán?

Último de Filipinas.- Asín de paisano, como no llevas traje de luses...

Viriato.- Me he retirado de la fiesta.

Último de Filipinas.- No.

Viriato.- Ahora soy detective privado.

Último de Filipinas.- Es mu paresido, ¿no?

Viriato.- Eso dicen.

Último de Filipinas.- ¿Y has perdío el asento andalú?

Viriato.- Me va y me viene por momentos, es que habito en los madriles castellanos.

Último de Filipinas.- Caray, ¿tienes un sigarrillo?

Viriato.- Toma un pitillo, es de Expaña.

Último de Filipinas.- Cuanto añoro la madre patria.  No vienen muchos paisanos por aquí.

Viriato.- Yo ando buscando a un expañol, a un legionario.

Último de Filipinas.- ¿El de la foto?

Viriato.- El mismo.

Último de Filipinas.- Conio, a éste lo he vito yo...

Viriato.- ¿Dónde?

Último de Filipinas.- Aquí, en Manila, en el aeropuerto, pero sin el traje de legionario y sin la cabra.

Viriato.- ¿Estás seguro?

Último de Filipinas.- Era él, estoy seguro, la misma cara, la misma voz, dale la vuelta a la foto... sí señor, la mismas espaldas, cogió un vuelo con destino a un garito de Madrí, un antro de visio y pernisión llamado “El Estasis Místico”.

Viriato.- Madre de Dios, qué retentiva.

Último de Filipinas.- Recuerde que he sio picaor muchos años, y el que tuvo, retuvo.

Viriato.- ¿Por qué no te reenganchas conmigo en el negocio detectivesco, necesito un ayudante y tu reúnes el perfil?

Último de Filipinas.- Me halaga la proposisión, pero si yo me voy, ¿quién va a sostené el nasionalismo espanió en estas islas traidoras?

Viriato.- La vida está llena de renuncias.

Último de Filipinas.- Sea.  Me cago en todo el archipiélago.

(Oscuro)


PARA LEER MÁS, CONTACTAR CONMIGO A TRAVÉS DE: 
tomasafan@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario