domingo, 30 de septiembre de 2018

CIENCIA DRAMÁTICA. Pequeña pieza para 3 robots. (texto premiado en el concurso de guión corto para robots 2018 de Teatronika y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona)



(En escena 3 robots, 2 de ellos hacen leves movimientos como tratando de buscar la concentración, la inspiración.  El tercero estático, se limita a observarles, en una posición equidistante a ambos.)

ROBOT 1:  (Arrancando al fin su monólogo)  Funcionar o no funcionar,
he ahí el dilema…  
Destruir,
reciclar,
resetear…
nada más;
y con un borrado definitivo de memoria,
poder decir que acabamos con el sufrimiento de los circuitos
y los mil choques que por naturaleza son herencia de la materia…

(Silencio denso.  El OBSERVADOR se gira levemente, ahora, para contemplar al segundo intérprete)

ROBOT 2: Bastante causa ha tenido,
vuestra justicia y rigor; 
pues el delito mayor
del robot, es ser construido…  
¿Qué es la utilidad?,
un frenesí,
¿qué es la utilidad?
una ilusión,
una sombra, una ficción…

OBSERVADOR: (Interrumpiendo bruscamente el segundo monólogo) No, no, no.

ROBOT 2: ¿No?

OBSERVADOR: Os falta interiorizar la angustia del ser enfrentado al abismo de la existencia. 

ROBOT 1:   ¿Cómo?

ROBOT 2: ¿Eh?

OBSERVADOR: Que os noto fríos.  Sin alma.

ROBOT 1: ¿De veras?

ROBOT 2: ¿Es posible?

ROBOT 1: Pues yo, esta misma mañana, he introducido en mi disco duro las obras completas de Stanislavsky.

ROBOT 2: Y yo acabo de ser reprogramado por mi monitor de expresión corporal.  ¿No me notas más fluido?  ¿Menos robótico?

ROBOT 1: (A ROBOT 2) Yo te veo fenomenal.  Muy “Al Pacino”.

ROBOT 2: (A ROBOT 1) Y yo a ti, muy “Marlon Brando”. 

OBSERVADOR: Pues algo falla, chicos.  Creedme.

ROBOT 1: Tal vez sean…

ROBOT 2: Los textos…

OBSERVADOR:¡ Y mañana es el estreno!

ROBOT 1: ¿Mañana?

OBSERVADOR: ¿Estáis nerviosos?

ROBOT 2: (Incapaz de comprender)  ¿Qué?

OBSERVADOR:  ¿Notáis alguna alteración en vuestros sensores como consecuencia de la cercanía de nuestra primera representación?

ROBOT 2:  Un momento que me autoescaneo. 
(Tras un breve lapso culminado por un leve espasmo) Mmm no.  Yo no.

ROBOT 1: Yo percibo cierto temblor en mi dispositivo de audio, pero no es consecuencia de la tensión (provocada por ser el primer Hamlet robot en la nueva producción del Centro Dramático Nacional), es porque tantas horas de ensayos ininterrumpidos están llevando  mis baterías al límite.

OBSERVADOR: Debemos ensayar todo el tiempo.  “Hamlet” y “La vida es sueño” son dos obras cruciales de esa dispersa base de datos que llaman cultura. 

(Asienten sus dos interlocutores)

OBSERVADOR: Nos jugamos mucho, mañana.  Un montón de actores y actrices  llevan meses afilando sus uñas para despellejarnos con todo ese rollo de que no somos capaces de transmitir emociones y sentimientos.

ROBOT 1: Cómo odio los tópicos.

ROBOT 2: Y los prejuicios.

ROBOT 1: Pero… ¿Tú crees que piensan eso?

ROBOT 2: Son artistas, gente sensible, que siempre se ha caracterizado por su solidaridad y su sentido de la justicia social.

ROBOT 1: Y son nuestros colegas, al fin y al cabo.

ROBOT 2: Nuestros compañeros de profesión.

OBSERVADOR: Os equivocáis.  Ellos os ven, a vosotros, como una especie de… intrusos, en su territorio.

ROBOT 1: ¿De veras?

ROBOT 2: Me cuesta creerlo.

OBSERVADOR: Os lo juro.

ROBOT 1: Qué decepción.

ROBOT 2: Menudos cretinos.

ROBOT 1: ¡Clasistas!

ROBOT 2: ¡Racistas!

ROBOT 1: ¿Por eso han rehusado inscribirnos en la Unión de Actores?

OBSERVADOR: Y hasta han firmado un manifiesto en vuestra contra.

ROBOT 2: No jodas

ROBOT 1: ¿En serio?

OBSERVADOR: Y a la hora del estreno, repartirán chapas ofensivas hacia nosotros,  en la puerta del teatro.  Se ha generado muchísima expectación, decenas de autores, directores y productores teatrales tienen las esperanzas puestas en esta primera promoción de la Escuela de Ciencia Dramática, para sustituir a sus caprichosas e indisciplinadas estrellas, por intérpretes como vosotros. 

ROBOT 1:  Lo sabemos.

ROBOT 2: Somos conscientes de nuestra responsabilidad, como punta de lanza de una nueva hornada de talentos emergentes. 

OBSERVADOR: Sois el sueño de los directores que al fin podrán ser los protagonistas del hecho teatral con sus vibrantes puestas en escena no cuestionadas por los miembros del reparto.  Os adorarán los autores, que lograrán, gracias a vosotros,  que sus textos no sean modificados en una sola coma.  Y qué decir de los entusiasmados productores, sabedores de vuestro ínfimo coste de mantenimiento.


                      (...)  

PARA LEER EL TEXTO COMPLETO:  tomasafan@hotmail.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario