PRÓLOGO.
(Aparece un individuo en
escena. Está enormemente pálido y
demacrado.
Lleva consigo unos papeles y
un traje colgado en una percha.
Deposita estos objetos en
alguna silla o atril del escenario. Y se
marcha de nuevo entre cajas)
(Vuelve el individuo, en esta
ocasión lleva un micro consigo. Lo
prueba)
INDIVÍDUO:
Hola…
Hola…
Uno dos, uno dos…
Probando…
Sí… Sí…
Se me escucha…
(Acople molesto en off)
(El individuo sale de escena
mediante un pequeño sprint para detener el acople)
(Vuelve. Sigue probando el micro, pero ahora alejándolo
un poco más de su boca)
Hola…
Uno dos…
(El individuo coloca el
micro, en un pié)
Bien.
(A continuación el individuo.
con sumo cuidado, extrae el traje de su funda, y se va quitando la informal ropa
que lleva puesta, para colocarse en su lugar el flamante conjunto de chaqueta,
pantalón, corbata y zapatos elegantes)
(A la vez que termina de vestirse,
de abrocharse los botones, de anudarse la corbata, de ajustar el cinturón del
pantalón… hojea los papeles que había
introducido al principio, y ensaya las primeras palabras del discurso que se
dispone a protagonizar)
(Midiendo las palabras) Muy
buenas tardes, amigos y amigas…
(Descontento) No.
(Tacha lo que acaba de leer)
(Garabateando) Hola,
bienvenidos, camaradas y antagonistas.
(Medita y no está contento
con la nueva redacción. Lo tacha)
(Garabateando de nuevo) Hola
a todos. Os doy la bienvenida tanto a
las personas normales, como a los individuos que sois como yo…
Sí.
(Continúa garabateando) A los que habéis convivido con ese feo vicio
que nos provoca una sed irresistible, obligándonos a ingerir y a embriagarnos
hasta perder el control.
(Meditando y tachando lo
recién escrito) Huy no, esto suena como
a discurso de alcohólicos anónimos.
(Releyendo el inicio del
discurso) Hola a todos. Os doy la
bienvenida tanto a las personas normales, como a los individuos que sois como
yo…
(Dándole vueltas a la
continuación) Como yo…
Como yo…
(Cree que ha dado con la
clave) Como yo que he conseguido
librarme de esta terrible adicción, que nos esclaviza y nos margina
socialmente.
(Descontento) Uff, esto suena
a reunión de extoxicómanos.
(Tachando lo anterior, y
dándole otra vuelta) Os doy la
bienvenida tanto a las personas normales, como a los individuos que sois como
yo… que os habéis librado de esta terrible y febril ansiedad carnal…
(Descontento) Humm, eso suena
a reunión de adictos al sexo.
(Tachándolo) Nada de eso.
No señor. Creo que es mejor ir al
grano y llamar a las cosas por su nombre. Así que…
(Haciendo un nuevo intento de
culminar su arranque discursivo) Os doy
la bienvenida tanto a las personas
normales, como a los seres que un día fuisteis personas, pero que ahora os habéis
convertido en otra cosa…
(Escribe un nuevo
párrafo. Parece más inspirado)
(Lee lo que acaba de
escribir) Es difícil asumirlo. Es duro
afrontarlo. Me cuesta mucho
definirme. Pero soy lo que soy, somos lo
que somos, compañeros. Además de
humanos, aquí en esta sala, hay otros que sois como yo, y aunque hemos puesto
todo de nuestra parte para dejar atrás nuestro vergonzoso pasado, debemos
admitir, debemos asumir, que hemos sido, y en parte seguimos siendo… unos…
(Escribe de nuevo) Yo soy un…
(Se detiene. Hay algo que le impide continuar
escribiendo. Una barrera mental)
(Decidiéndose al fin) Uno de esos… antropófagos anónimos… tan
odiados…
Lo admito…
Y me avergüenzo de ello…
He hecho tantísimo daño…
pero… soy lo que soy… y eso nadie puede cambiarlo…
(Cambiando de tono. Terminando de escribir) Sí. Creo
que así está mejor la presentación, más emotiva, y más directa.
(Mirando su reloj) Uff, se me ha ido el santo al cielo, es casi
la hora.
(Se marcha el individuo, de un modo un tanto apresurado, entre cajas)
ACTO UNO.
(Se escucha sonido ambiente
en off de numerosas personas ocupando sus lugares en el auditorio)
INDIVIDUO.
(Volviendo a escena) Acomódense
por favor. Y sean bienvenidos.
(Se escuchan, en off, tímidos
aplausos y sonoros pitidos, mezclados)
Bien, bien, por favor, les
suplico a todos que colaboren para poder dar inicio a este acto tan emotivo, de
hermanamiento y conciliación entre dos comunidades condenadas a entenderse y a
superar su conflicto.
(Arrecian las voces
discordantes, en off)
Ya sé, ya sé que para muchos
de ustedes esto no es un conflicto sino un conjunto de agresiones unilaterales.
Yo, en fin, no querría
molestar a nadie con mis palabras.
Todos estamos muy alterados,
es natural en tales circunstancias.
Pero les suplicaría serenidad.
Serenidad y respeto.
(Continúa el jaleo, en off)
Por favor, acomódense en sus
asientos, y rogaría a los responsables de seguridad que pongan fin de una vez
por todas a los enfrentamientos físicos y verbales entre algunos exaltados de ambos
colectivos.
Por favor, este es un acto de
conciliación. En la sala hay reporteros
de diversos medios informativos, y me da la sensación de que el espectáculo que
estamos protagonizando no resulta demasiado edificante.
Imagínense los titulares de
la prensa sensacionalista de mañana.
Colaboración. Les pido encarecidamente a todos un poquito
de colaboración.
Gracias.
Gracias, de verdad.
Bueno, parece que las aguas
vuelven a su cauce.
Nos hemos calmado todos un
poco, afortunadamente.
De modo que voy a iniciar, con el permiso de
tan magno auditorio, mi discurso.
Bien.
Está escrito aquí. Todo lo que tengo que decir.
Un momento que ordeno las
hojas. Estoy un poquito nervioso.
La verdad es que no suelo yo
hablar en público muy a menudo, como podrán ustedes imaginar.
Tomo aire y…
Allá voy…
Como bien sabéis, por mi
aspecto exterior, y también porque me veo obligado a llevar siempre en un lugar
visible una gran letra “Z”, en la parte
delantera de mis vestiduras…
(En efecto, la lleva desde el
principio)
…Yo soy uno de esos
individuos a los que vosotros, humanos,
llamáis “zombis”.
O así es como os gusta
designarnos a muchos de vosotros.
Aunque, como comprenderéis,
en realidad, nosotros preferimos ser denominados:
“Individuos con una seria
malformación post-mortem que afecta seriamente sus características sociales y
alimenticias”.
(Vuelven en off, los abucheos
y silbidos)
Sí, supongo que es un
apelativo un tanto complejo, y es más cortito y más fácil llamarnos directamente
zombis.
Pero no me negarán que es un
poquito simplista y está llena de connotaciones muy chungas la palabreja esta
tan cortita, pero tan puñetera.
En fin. Hoy estamos aquí para conciliar
posturas. Así que no quiero empezar con
malos rollos.
Soy un… individuo… de esas
características que ya saben…
(Toma aire y continúa)
Queridos y estimados amigos y
amigas representantes de las autoridades civiles y eclesiásticas. Bienvenidos y
bienvenidas.
Compañeros y compañeras
aquejados, como yo, por la seria malformación post-mortem que afecta seriamente
nuestras características sociales y alimenticias (también conocidos vulgarmente
como zombis). Bienvenidos y bienvenidas.
Y representantes de las
asociaciones de familiares de víctimas del desorden social y alimenticio
anteriormente nombrado (también autodenominados asociaciones de víctimas del
terror zombi). Bienvenidos y
bienvenidas.
Quiero expresaros a todos mi
inmenso agradecimiento por vuestra presencia hoy aquí.
Y os doy la bienvenida a estas
Primeras Jornadas de Hermandad, Convivencia y Confraternización entre las
comunidades Humana y… Zombi… Utilizaré la palabreja cortita para abreviar, y de
camino nos ahorramos alguna que otra discusión.
Bien. Como supongo que sabrán ustedes, las presentes
jornadas, tienen como objetivo derribar las barreras del penoso equívoco que
lamentablemente se ha ido levantando, a lo largo de los últimos años, entre la comunidad humana y la comunidad
zombi. Un penoso equívoco virtual y
también material, todo hay que decirlo, un equívoco en forma de barrera dotada
de gruesos muros de hormigón de más de 6 metros de altura con alambre de espino
y una aleación de metal afilada que te
cagas en la cima. Y las mutilaciones de
más de uno de los aquí presentes lo pueden atestiguar, ¿me equivoco?
(Arrecian los silbidos y los
abucheos en off)
(Tomando aire) Pero.
Pido perdón. Esto último ha sido
un exabrupto que me ha salido de las tripas.
No estaba en el guión. Y les
ruego que me disculpen puesto que el anterior comentario ha sido un tanto
discordante con el tono conciliador de este acto. Trataré de ser más comedido en lo sucesivo.
Por favor, cálmense. Así es imposible continuar.
(El ruido de fondo no le
permite hablar. Nuestro personaje se
acerca a una de las patas del escenario, y allí gesticula como si estuviera
hablando con otra persona, que está más allá de la visión del público y que
deducimos que podría ser alguien de la organización)
Imposible.
Imposible.
En fin, no me dejan
alternativa.
(Volviendo al micro, y
encarándose con el público. Enfadado) Ya
veo que no os gusta verme así, civilizado, vosotros queréis un zombi combativo,
tosco, deslenguado.
Está bien, trataré de
complaceros a ver si me escucháis así.
(Se marcha de escena. Se hace un silencio expectante)
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