miércoles, 3 de abril de 2019

EN BLANCO (el oficio del recuerdo). Accésit del V CERTAMEN PARABASIS PLAZA DEL ARTE DE LA ESAD DE EXTREMADURA. (2019)



 (…)
ACTO III.   TRUCOS DE TRAMOYA.

(La ACTRIZ MAYOR, sola en escena, sentada en la vieja silla del principio, está desmaquillándose frente a un espejo.  Entra la ACTRIZ JOVEN)

ACTRIZ MAYOR.  ¿Cómo me has visto?

ACTRIZ JOVEN. Bien, mamá.

ACTRIZ MAYOR.  No me he equivocado tanto, ¿verdad?

ACTRIZ JOVEN. No… bueno… algunas cosas… pero ellos no creo que lo hayan notado.  Al fin y al cabo no se saben el texto.

ACTRIZ MAYOR. Ellos se han dado cuenta de todo.  Son de la profesión, ya lo sabes.

ACTRIZ JOVEN. No importa.  Son amigos y además compañeros de trabajo.

ACTRIZ MAYOR. Amigos o compañeros de trabajo, las dos cosas a la vez son incompatibles.


ACTRIZ JOVEN. Sal a saludarles.  Están todos impacientes por besarte.

ACTRIZ MAYOR.  Y abrazarme y estrujarme y machacarme.

ACTRIZ JOVEN. No seas tonta.  Te adoran.

ACTRIZ MAYOR.  Allá voy.

(Abre la puerta y hace pose en el umbral, de espaldas a nuestro público.  Se escucha aplauso de reducido grupo de personas al otro lado)

ACTRIZ MAYOR.  (Desapareciendo de nuestra vista) Has venido, ¡cómo te quiero cariño!  Y tú también, dame un besazo preciosa.

(Por un acceso lateral entra el DIRECTOR)

ACTRIZ JOVEN. ¿Qué?  ¿Te han dicho algo?

DIRECTOR. No.  Han sido amables.  Ella es una institución.  No se puede despellejar a una diosa de mármol, afortunadamente.

ACTRIZ JOVEN. No ha ido tan mal.

DIRECTOR. Tú le has salvado el culo echándole un capote varias veces.  Pero… ufff… el día del estreno no sé cómo lo vamos a resolver.

ACTRIZ JOVEN. Todavía hay tiempo.  Estudia día y noche.  Se está esforzando al máximo.

DIRECTOR. Lo sé, pero… algo le pasa… ¿no lo notas?  A veces está bien, pero otras, parece… desorientada.   ¿Tú no lo notas?

ACTRIZ JOVEN. Sí, cómo no lo voy a notar.

DIRECTOR. Por cierto, ¿te han dado los resultados de las pruebas médicas?

ACTRIZ JOVEN. Sí.  Ayer llegaron.

DIRECTOR. ¿Y?

ACTRIZ JOVEN. Pues… lo que temíamos…

(Ella, que estaba escuchando, les interrumpe)

ACTRIZ MAYOR.  Fabio, amor, mis queridos compañeros de profesión quieren discutir contigo esta manía tuya de meter a la pobre Antígona en política.  No lo entienden bien.

DIRECTOR. (Fastidiado, y remiso a salir)  ¡Vaya por Dios!

ACTRIZ MAYOR.  El Subsecretario del Ministerio tampoco lo ha entendido.

DIRECTOR. (Sorprendido)  ¿Qué?  ¿Él ha venido?

ACTRIZ MAYOR.  Lo acabo de saludar y no tenía muy buena cara.

DIRECTOR. (Marchándose) Perdonad, enseguida vuelvo.

ACTRIZ JOVEN. ¿Qué tal?

ACTRIZ MAYOR. Bien.  Todos me han llenado de besos y de abrazos.  Algo debe andar mal… porque parecían realmente cariñosos conmigo… su amor era… sincero…  ¿Tan mal lo he hecho?

ACTRIZ JOVEN. ¡Qué va!

ACTRIZ MAYOR.  Sé sincera.

ACTRIZ JOVEN. Tenemos que seguir trabajando el texto.  Ese es el problema.

ACTRIZ MAYOR.  Lo sé, hija mía, y te juro que lo estudio y lo vuelvo a estudiar, hasta en el baño, hasta en la cama me repito como una letanía mis diálogos, pero es como escribir una y otra vez sobre la arena, sabiendo que la siguiente ola volverá a borrarlo todo.  Y así a todas horas.

ACTRIZ JOVEN. Necesitas descansar.

ACTRIZ MAYOR.  No puedo rendirme.  Ya me conoces.

ACTRIZ JOVEN. Estás agotada.

ACTRIZ MAYOR.  Esta es la vida que he elegido.  A veces pienso que los actores, que las actrices, nos hemos vaciado un poco de nosotras mismas, para poder acoger las vidas de los otros, de nuestros personajes.

ACTRIZ JOVEN. Pues ya es hora de que pienses en ti.

ACTRIZ MAYOR.  ¿Qué quieres decir?

ACTRIZ JOVEN. ¿Te has planteado alguna vez… jubilarte?

ACTRIZ MAYOR.  No.  Imposible.  Las actrices no nos jubilamos.  Debemos permanecer en escena hasta que se nos acabe el texto.  Mientras nos queden letras dentro tenemos que decirlas, y a mí aun me quedan algunas ¿verdad?

ACTRIZ MAYOR.  ¿Me quedan?

ACTRIZ JOVEN. Ayer me dieron los resultados de tus análisis.

ACTRIZ MAYOR.  ¿Y?

ACTRIZ JOVEN. Es una enfermedad poco conocida.  Parece que afecta a la memoria.

ACTRIZ MAYOR.  ¿Cómo?

ACTRIZ JOVEN. En una primera fase, se producen olvidos, sobre todo de cosas recientes.

ACTRIZ MAYOR.  ¿Y luego?

ACTRIZ JOVEN. Sigues olvidando.  Tu pasado.

ACTRIZ MAYOR. Se me van a acabar las palabras.

ACTRIZ JOVEN.  Sí.

ACTRIZ MAYOR. ¿Todas?

ACTRIZ JOVEN. Todas.

ACTRIZ MAYOR.  ¿Y qué haré?

ACTRIZ JOVEN. Yo estaré contigo.

ACTRIZ MAYOR.  ¿Te reconoceré?

(Ella niega)

ACTRIZ MAYOR.  ¿Entonces?

ACTRIZ JOVEN. Lo siento.

ACTRIZ JOVEN. ¿Cómo te sientes?

ACTRIZ MAYOR.  Si pudiera contarte.

ACTRIZ JOVEN. ¿Qué?

ACTRIZ MAYOR.  Dentro de mí, dentro de todos los que nos dedicamos a este oficio existe un tesoro de momentos únicos vividos en escena, de los que no ha quedado memoria física, no hay grabación posible de esa vibración irrepetible que solo se puede guardar en la memoria.  Ese archivo tan frágil se perderá conmigo.

ACTRIZ JOVEN. No se perderá.  Hablaremos.  Me lo contarás todo.

ACTRIZ MAYOR.  ¿Por qué esta enfermedad?  ¿Por qué a mí?

ACTRIZ JOVEN. El doctor me dijo que es cada vez más frecuente, que la padece mucha gente.

ACTRIZ MAYOR.  Pero las otras personas no tienen este oficio.

ACTRIZ JOVEN. ¿Qué más da?  Necesitan recordar igual que tú, para sus vidas y sus trabajos.

ACTRIZ MAYOR.  Pero el teatro es el oficio del recuerdo, ¿no te das cuenta?

ACTRIZ JOVEN. ¿El oficio del recuerdo?

ACTRIZ MAYOR.  Mi abuela solía decirme que las actrices tenemos que transmitirnos las unas a las otras cosas importantes, cosas que no es suficiente que reposen el silencio de los libros, son cosas que merecen ser dichas en voz alta, porque tenemos que recordarles una y otra vez a las gentes una serie de verdades;  porque los pueblos suelen olvidar y repetir los mismos errores, y nosotros, los cómicos tenemos que gritarles: “Esperad, nuestros viejos colegas griegos de hace dos mil años nos han pedido que os transmitamos algo que ha permanecido en nuestra memoria, en la memoria de los cómicos por más de cien generaciones y que ahora nos toca a nosotros repetir”.

ACTRIZ MAYOR.  Por eso el nuestro es el oficio del recuerdo.  Nosotras nos pasamos la vida memorizando textos, aprendiendo miles de palabras, de frases, que reposan en nuestro interior, pero no yaciendo, sino latiendo, para volver a nacer cada día de función como si fueran pensadas en ese mismo momento, como si acabaran de nacer de nuestra imaginación espontánea.

(La ACTRIZ MAYOR se dispone a marcharse)

ACTRIZ JOVEN. ¿A dónde vas?

ACTRIZ MAYOR.  A seguir estudiando.

ACTRIZ JOVEN. ¿Para qué?

ACTRIZ MAYOR.  Porque es lo único que puedo hacer.

ACTRIZ JOVEN. ¿Servirá de algo?

ACTRIZ MAYOR.  Puede que no, pero debo intentarlo.

ACTRIZ JOVEN. No tienes que seguir torturándote.

ACTRIZ MAYOR.  ¿Tortura?  No.  No es eso.  Yo he gozado siempre en escena.  Y he actuado con un feto muerto en mi interior, y he disfrutado; y he actuado el mismo día que murió mi padre, y he hecho reír a la gente, y yo reía por dentro con ellos.  Y he actuado afónica y con otitis y con desprendimiento de retina, y era como si mi cuerpo me diera una tregua.  Después de los aplausos volvían las tristezas, los dolores y los achaques, pero mientras, era feliz.  Si he actuado sin ver, sin oír, sin hablar, puedo actuar sin recordar, al final siempre se cierra el telón, y el público aplaude.

ACTRIZ MAYOR.  ¿Lo entiendes?

(Afirma con la cabeza)

ACTRIZ MAYOR.  ¿Me ayudarás?

ACTRIZ JOVEN. Necesitas ayuda médica.

ACTRIZ MAYOR.  No has entendido nada.

ACTRIZ MAYOR.  Entonces jamás serás una verdadera actriz.

(Se marcha, dolida, la ACTRIZ MAYOR)  (El DIRECTOR que había escuchado las últimas frases, extrañado, se acerca a la ACTRIZ JOVEN)

DIRECTOR.  ¿Qué ha pasado?  ¿Por qué te ha dicho eso?

(Ella se encoge de hombros)

DIRECTOR. Eres una gran actriz, te lo aseguro.

ACTRIZ JOVEN. Ella está dolida, eso es todo.

DIRECTOR. ¿Por qué?

ACTRIZ JOVEN. ¿Eh? … No se encuentra muy bien.

DIRECTOR.  ¿Los análisis?  ¿Es eso?

ACTRIZ JOVEN. Pues… Supongo.

DIRECTOR. ¿Cuál es el diagnóstico?

ACTRIZ JOVEN. Tiene problemas de memoria.

DIRECTOR. Ya, eso lo sabíamos.  ¿Pero son graves?

ACTRIZ JOVEN. ¿Graves?

DIRECTOR. Lo digo porque no podemos arriesgarnos, he estado hablando con el Subsecretario. Me ha preguntado por la salud de tu madre, ya sabes que hay rumores,  y las cosas están que arden en el Ministerio.  

ACTRIZ JOVEN. Él confía en ti.

DIRECTOR. No sé qué decirte.  Le ha extrañado lo que acaba de ver en el pase.

ACTRIZ JOVEN. Ya sabías que era arriesgada tu visión de Antígona.

DIRECTOR. Bueno.  No es parta tanto.  En todas las versiones, Antígona, tras llorar la muerte de sus dos hermanos, protesta porque el vencedor es enterrado con honores, mientras el cuerpo del hermano rebelde es abandonado sin recibir sepultura digna.

ACTRIZ JOVEN. Sí, pero tu Antígona…

DIRECTOR. Nuestra.  Tuya y mía.

ACTRIZ JOVEN. La Antígona que tú has escrito.

DIRECTOR. Y que tú interpretas.

ACTRIZ JOVEN. Y mi madre.

DIRECTOR. Y tu madre.

ACTRIZ JOVEN.  …Esa Antígona reclama ante el gobierno una sepultura digna para todos los muertos del bando derrotado en la guerra civil.

DIRECTOR. En estos tiempos no se puede contar esta historia de otra manera, ¿no crees?

ACTRIZ JOVEN. No entiendo de política, ya lo sabes.

DIRECTOR. No puedes mantenerte al margen.  Estás en esto.

ACTRIZ JOVEN. Sí estoy pero…

DIRECTOR. ¿Con todas las consecuencias?

ACTRIZ JOVEN. Yo soy una profesional.  Hago mi trabajo lo mejor que puedo.

DIRECTOR. Y lo haces muy bien.  ¿Sabes?  A veces pienso que debería volver a la primera idea, que la obra tendría que volver a ser un monólogo.

ACTRIZ JOVEN. Pero… y entonces ¿mi madre?

DIRECTOR.  Ella estropea tus escenas.

ACTRIZ JOVEN. No podemos hacerle eso.

DIRECTOR. Serías la protagonista absoluta.  Si quieres.  ¿Quieres?
ACTRIZ JOVEN. (…)

DIRECTOR. Os conozco a las actrices.  Os morís todas por ver vuestros nombres en letras grandes en la cartelera del teatro.

ACTRIZ JOVEN. ¿Nos conoces a todas?

DIRECTOR. Sois previsibles.

ACTRIZ JOVEN. Todas somos iguales.

DIRECTOR. No es malo.  Sois ambiciosas.  Es normal.  Tu madre también es así.  O era… mejor dicho…

ACTRIZ JOVEN.  ¿Era?  ¡Qué dices!  Ni que hubiera muerto.

DIRECTOR. No está en condiciones de trabajar.  ¿Qué dice el informe médico?

ACTRIZ JOVEN. Dice que ella… puede mejorar…  Si le ayudamos.

DIRECTOR. ¿En serio?

ACTRIZ JOVEN. Sí.  Hay esperanzas.

DIRECTOR. Me alegra saberlo.  Pero… mi oferta sigue en pié.  ¿Cuál es tu respuesta?

ACTRIZ JOVEN. Mi respuesta es no.

DIRECTOR. ¿No?

ACTRIZ JOVEN. ¿Sabes?  Quiero estar cerca de ella, trabajar con ella.  Creo que tiene muchas cosas que transmitirme.  Que enseñarme.  Que contarme.
(Oscurece lentamente la escena)

(…)



“EN BLANCO (el oficio del recuerdo)”.  

Accésit del V Premio Parábasis-Plaza del Arte de la ESAD de Extremadura.

LA HISTORIA: 

Una importante diva de la escena y su hija (una popular actriz televisiva), son convocadas para actuar en un nuevo proyecto, una obra que parte de “Antígona”, en el contexto de una cruenta guerra civil, cuyas heridas no están aún cicatrizadas.

Al comenzar el periodo de ensayos,  las dos mujeres tratan de asumir sus respectivos roles, pero comprobamos algunas dificultades de la actriz mayor para memorizar el complejo texto.   Por otro lado, el director les confiesa que las autoridades culturales  empiezan a sospechar que el resultado de su obra puede ser un tanto subversivo y pretenden tener acceso al libreto para fiscalizarlo.

Poco a poco la muchacha va dándose cuenta que su madre padece  Alzheimer, y se esfuerza por ayudarla.  Los ensayos avanzan y existe gran expectación, a nivel político y mediático. 

Y  el día del estreno el teatro está lleno de invitados de carácter institucional temerosos del resultado.  Son los representantes de una sociedad que desea una transición en la que se dé la espalda a querellas pasadas…

“En blanco” (el oficio de recuerdo) es un texto de teatro dentro del teatro, sobre una actriz con alzheimer  en una sociedad que desea olvidar.



 ACERCA DEL TEXTO.


Esta es una historia que gira en torno al olvido, protagonizado por unos personajes, profesionales de la interpretación, para los que la memoria constituye una herramienta esencial de su trabajo.

El teatro es el oficio del recuerdo, es fundamentalmente memoria, no solamente porque los actores y las actrices tengan que memorizar complejos textos, sino también porque la esencia del teatro consiste en volver a recrear viejos conflictos que desde la época de los griegos han desafiado la vida en común de las sociedades, y ante estas situaciones, el teatro ha ido construyendo discursos que reflexionaban en voz alta y que se han ido transmitiendo generación a generación durante más de dos mil años. 

Las neuronas de numerosos actores y actrices han servido como vehículos de toda esta sensatez, de todo este acervo cultural y social, que el Alzheimer cultural colectivo de una época, la nuestra, con potentísimos medios tecnológicos y sobreabundancia de información, pone, paradójicamente,  en peligro.

En este contexto, no es casual que los personajes de esta obra vayan a representar una versión de la “Antígona” clásica. 

“En Blanco (el oficio del recuerdo)” es, en definitiva, un texto de teatro dentro del teatro que gira en torno al olvido y a la memoria a nivel individual y colectivo, un texto sobre el conflicto y el compromiso, una obra ambientada en la transición y protagonizada por unas actrices que intentan recrear el mito de Antígona en un contexto de restricciones a la libertad de expresión.  Un homenaje a las viejas teatreras que atesoran en la memoria tantos y tantos textos, diálogos, monólogos, transmitidos de generación en generación para preservar una maravillosa herencia amenazada por el olvido.



(Para leer más enviar mensaje a tomasafan@hotmail.com)



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