ACTO
III. TRUCOS
DE TRAMOYA.
(La ACTRIZ MAYOR,
sola en escena, sentada en la vieja silla del principio, está desmaquillándose
frente a un espejo. Entra la ACTRIZ
JOVEN)
ACTRIZ MAYOR. ¿Cómo me has
visto?
ACTRIZ JOVEN. Bien,
mamá.
ACTRIZ MAYOR. No me he
equivocado tanto, ¿verdad?
ACTRIZ JOVEN. No…
bueno… algunas cosas… pero ellos no creo que lo hayan notado. Al fin y al cabo no se saben el texto.
ACTRIZ MAYOR.
Ellos se han dado cuenta de todo. Son de
la profesión, ya lo sabes.
ACTRIZ JOVEN. No
importa. Son amigos y además compañeros
de trabajo.
ACTRIZ MAYOR.
Amigos o compañeros de trabajo, las dos cosas a la vez son incompatibles.
ACTRIZ JOVEN. Sal
a saludarles. Están todos impacientes
por besarte.
ACTRIZ MAYOR. Y abrazarme y
estrujarme y machacarme.
ACTRIZ JOVEN. No
seas tonta. Te adoran.
ACTRIZ MAYOR. Allá voy.
(Abre la puerta
y hace pose en el umbral, de espaldas a nuestro público. Se escucha aplauso de reducido grupo de
personas al otro lado)
ACTRIZ MAYOR. (Desapareciendo
de nuestra vista) Has venido, ¡cómo te quiero cariño! Y tú también, dame un besazo preciosa.
(Por un acceso
lateral entra el DIRECTOR)
ACTRIZ JOVEN. ¿Qué?
¿Te han dicho algo?
DIRECTOR. No. Han sido amables. Ella es una institución. No se puede despellejar a una diosa de
mármol, afortunadamente.
ACTRIZ JOVEN. No
ha ido tan mal.
DIRECTOR. Tú
le has salvado el culo echándole un capote varias veces. Pero… ufff… el día del estreno no sé cómo lo
vamos a resolver.
ACTRIZ JOVEN. Todavía
hay tiempo. Estudia día y noche. Se está esforzando al máximo.
DIRECTOR. Lo
sé, pero… algo le pasa… ¿no lo notas? A
veces está bien, pero otras, parece… desorientada. ¿Tú no lo notas?
ACTRIZ JOVEN. Sí,
cómo no lo voy a notar.
DIRECTOR. Por
cierto, ¿te han dado los resultados de las pruebas médicas?
ACTRIZ JOVEN. Sí.
Ayer llegaron.
DIRECTOR. ¿Y?
ACTRIZ JOVEN. Pues…
lo que temíamos…
(Ella, que
estaba escuchando, les interrumpe)
ACTRIZ MAYOR. Fabio, amor, mis
queridos compañeros de profesión quieren discutir contigo esta manía tuya de
meter a la pobre Antígona en política.
No lo entienden bien.
DIRECTOR. (Fastidiado,
y remiso a salir) ¡Vaya por Dios!
ACTRIZ MAYOR. El Subsecretario
del Ministerio tampoco lo ha entendido.
DIRECTOR. (Sorprendido) ¿Qué?
¿Él ha venido?
ACTRIZ MAYOR. Lo acabo de
saludar y no tenía muy buena cara.
DIRECTOR. (Marchándose) Perdonad,
enseguida vuelvo.
ACTRIZ JOVEN. ¿Qué
tal?
ACTRIZ MAYOR.
Bien. Todos me han llenado de besos y de
abrazos. Algo debe andar mal… porque
parecían realmente cariñosos conmigo… su amor era… sincero… ¿Tan mal lo he hecho?
ACTRIZ JOVEN. ¡Qué
va!
ACTRIZ MAYOR. Sé sincera.
ACTRIZ JOVEN. Tenemos
que seguir trabajando el texto. Ese es
el problema.
ACTRIZ MAYOR. Lo sé, hija mía,
y te juro que lo estudio y lo vuelvo a estudiar, hasta en el baño, hasta en la
cama me repito como una letanía mis diálogos, pero es como escribir una y otra
vez sobre la arena, sabiendo que la siguiente ola volverá a borrarlo todo. Y así a todas horas.
ACTRIZ JOVEN. Necesitas
descansar.
ACTRIZ MAYOR. No puedo
rendirme. Ya me conoces.
ACTRIZ JOVEN. Estás
agotada.
ACTRIZ MAYOR. Esta es la vida
que he elegido. A veces pienso que los
actores, que las actrices, nos hemos vaciado un poco de nosotras mismas, para
poder acoger las vidas de los otros, de nuestros personajes.
ACTRIZ JOVEN. Pues
ya es hora de que pienses en ti.
ACTRIZ MAYOR. ¿Qué quieres
decir?
ACTRIZ JOVEN. ¿Te
has planteado alguna vez… jubilarte?
ACTRIZ MAYOR. No. Imposible.
Las actrices no nos jubilamos.
Debemos permanecer en escena hasta que se nos acabe el texto. Mientras nos queden letras dentro tenemos que
decirlas, y a mí aun me quedan algunas ¿verdad?
ACTRIZ MAYOR. ¿Me quedan?
ACTRIZ JOVEN. Ayer
me dieron los resultados de tus análisis.
ACTRIZ MAYOR. ¿Y?
ACTRIZ JOVEN. Es
una enfermedad poco conocida. Parece que
afecta a la memoria.
ACTRIZ MAYOR. ¿Cómo?
ACTRIZ JOVEN. En
una primera fase, se producen olvidos, sobre todo de cosas recientes.
ACTRIZ MAYOR. ¿Y luego?
ACTRIZ JOVEN.
Sigues olvidando. Tu pasado.
ACTRIZ MAYOR. Se
me van a acabar las palabras.
ACTRIZ JOVEN. Sí.
ACTRIZ MAYOR.
¿Todas?
ACTRIZ JOVEN. Todas.
ACTRIZ MAYOR. ¿Y qué haré?
ACTRIZ JOVEN. Yo
estaré contigo.
ACTRIZ MAYOR. ¿Te reconoceré?
(Ella niega)
ACTRIZ MAYOR. ¿Entonces?
ACTRIZ JOVEN. Lo
siento.
ACTRIZ JOVEN. ¿Cómo
te sientes?
ACTRIZ MAYOR. Si pudiera
contarte.
ACTRIZ JOVEN. ¿Qué?
ACTRIZ MAYOR. Dentro de mí,
dentro de todos los que nos dedicamos a este oficio existe un tesoro de
momentos únicos vividos en escena, de los que no ha quedado memoria física, no
hay grabación posible de esa vibración irrepetible que solo se puede guardar en
la memoria. Ese archivo tan frágil se
perderá conmigo.
ACTRIZ JOVEN. No
se perderá. Hablaremos. Me lo contarás todo.
ACTRIZ MAYOR. ¿Por qué esta
enfermedad? ¿Por qué a mí?
ACTRIZ JOVEN. El
doctor me dijo que es cada vez más frecuente, que la padece mucha gente.
ACTRIZ MAYOR. Pero las otras
personas no tienen este oficio.
ACTRIZ JOVEN. ¿Qué
más da? Necesitan recordar igual que tú,
para sus vidas y sus trabajos.
ACTRIZ MAYOR. Pero el teatro
es el oficio del recuerdo, ¿no te das cuenta?
ACTRIZ JOVEN. ¿El
oficio del recuerdo?
ACTRIZ MAYOR. Mi
abuela solía decirme que las actrices tenemos que
transmitirnos las unas a las otras cosas importantes, cosas que no es suficiente
que reposen el silencio de los libros, son cosas que merecen ser dichas en voz
alta, porque tenemos que recordarles una y otra vez a las gentes una serie de
verdades; porque los pueblos suelen
olvidar y repetir los mismos errores, y nosotros, los cómicos tenemos que
gritarles: “Esperad, nuestros viejos colegas griegos de hace dos mil años nos
han pedido que os transmitamos algo que ha permanecido en nuestra memoria, en
la memoria de los cómicos por más de cien generaciones y que ahora nos toca a nosotros
repetir”.
ACTRIZ MAYOR. Por eso el
nuestro es el oficio del recuerdo.
Nosotras nos pasamos la vida memorizando textos, aprendiendo miles de
palabras, de frases, que reposan en nuestro interior, pero no yaciendo, sino
latiendo, para volver a nacer cada día de función como si fueran pensadas en
ese mismo momento, como si acabaran de nacer de nuestra imaginación espontánea.
(La ACTRIZ MAYOR
se dispone a marcharse)
ACTRIZ JOVEN. ¿A
dónde vas?
ACTRIZ MAYOR. A seguir
estudiando.
ACTRIZ JOVEN. ¿Para
qué?
ACTRIZ MAYOR. Porque es lo
único que puedo hacer.
ACTRIZ JOVEN. ¿Servirá
de algo?
ACTRIZ MAYOR. Puede que no,
pero debo intentarlo.
ACTRIZ JOVEN. No
tienes que seguir torturándote.
ACTRIZ MAYOR. ¿Tortura? No. No
es eso. Yo he gozado siempre en
escena. Y he actuado con un feto muerto
en mi interior, y he disfrutado; y he actuado el mismo día que murió mi padre,
y he hecho reír a la gente, y yo reía por dentro con ellos. Y he actuado afónica y con otitis y con
desprendimiento de retina, y era como si mi cuerpo me diera una tregua. Después de los aplausos volvían las
tristezas, los dolores y los achaques, pero mientras, era feliz. Si he actuado sin ver, sin oír, sin hablar,
puedo actuar sin recordar, al final siempre se cierra el telón, y el público
aplaude.
ACTRIZ MAYOR. ¿Lo entiendes?
(Afirma con la
cabeza)
ACTRIZ MAYOR. ¿Me ayudarás?
ACTRIZ JOVEN. Necesitas
ayuda médica.
ACTRIZ MAYOR. No has entendido
nada.
ACTRIZ MAYOR. Entonces jamás
serás una verdadera actriz.
(Se marcha, dolida,
la ACTRIZ MAYOR) (El DIRECTOR que
había escuchado las últimas frases, extrañado, se acerca a la ACTRIZ JOVEN)
DIRECTOR.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué te ha dicho eso?
(Ella se encoge
de hombros)
DIRECTOR. Eres
una gran actriz, te lo aseguro.
ACTRIZ JOVEN. Ella
está dolida, eso es todo.
DIRECTOR. ¿Por
qué?
ACTRIZ JOVEN. ¿Eh?
… No se encuentra muy bien.
DIRECTOR.
¿Los análisis? ¿Es eso?
ACTRIZ JOVEN. Pues…
Supongo.
DIRECTOR. ¿Cuál
es el diagnóstico?
ACTRIZ JOVEN. Tiene
problemas de memoria.
DIRECTOR. Ya,
eso lo sabíamos. ¿Pero son graves?
ACTRIZ JOVEN. ¿Graves?
DIRECTOR. Lo
digo porque no podemos arriesgarnos, he estado hablando con el Subsecretario. Me
ha preguntado por la salud de tu madre, ya sabes que hay rumores, y las cosas están que arden en el Ministerio.
ACTRIZ JOVEN. Él
confía en ti.
DIRECTOR. No
sé qué decirte. Le ha extrañado lo que acaba
de ver en el pase.
ACTRIZ JOVEN. Ya
sabías que era arriesgada tu visión de Antígona.
DIRECTOR. Bueno. No es parta tanto. En todas las versiones, Antígona, tras llorar
la muerte de sus dos hermanos, protesta porque el vencedor es enterrado con
honores, mientras el cuerpo del hermano rebelde es abandonado sin recibir
sepultura digna.
ACTRIZ JOVEN. Sí,
pero tu Antígona…
DIRECTOR. Nuestra. Tuya y mía.
ACTRIZ JOVEN. La
Antígona que tú has escrito.
DIRECTOR. Y
que tú interpretas.
ACTRIZ JOVEN. Y
mi madre.
DIRECTOR. Y
tu madre.
ACTRIZ JOVEN. …Esa Antígona reclama
ante el gobierno una sepultura digna para todos los muertos del bando derrotado
en la guerra civil.
DIRECTOR. En
estos tiempos no se puede contar esta historia de otra manera, ¿no crees?
ACTRIZ JOVEN. No
entiendo de política, ya lo sabes.
DIRECTOR. No
puedes mantenerte al margen. Estás en
esto.
ACTRIZ JOVEN. Sí
estoy pero…
DIRECTOR. ¿Con
todas las consecuencias?
ACTRIZ JOVEN. Yo
soy una profesional. Hago mi trabajo lo
mejor que puedo.
DIRECTOR. Y
lo haces muy bien. ¿Sabes? A veces pienso que debería volver a la
primera idea, que la obra tendría que volver a ser un monólogo.
ACTRIZ JOVEN. Pero…
y entonces ¿mi madre?
DIRECTOR. Ella estropea
tus escenas.
ACTRIZ JOVEN. No
podemos hacerle eso.
DIRECTOR. Serías
la protagonista absoluta. Si
quieres. ¿Quieres?
ACTRIZ JOVEN. (…)
DIRECTOR. Os
conozco a las actrices. Os morís todas
por ver vuestros nombres en letras grandes en la cartelera del teatro.
ACTRIZ JOVEN. ¿Nos
conoces a todas?
DIRECTOR. Sois
previsibles.
ACTRIZ JOVEN. Todas
somos iguales.
DIRECTOR. No
es malo. Sois ambiciosas. Es normal.
Tu madre también es así. O era…
mejor dicho…
ACTRIZ JOVEN. ¿Era? ¡Qué dices!
Ni que hubiera muerto.
DIRECTOR. No
está en condiciones de trabajar. ¿Qué
dice el informe médico?
ACTRIZ JOVEN. Dice
que ella… puede mejorar… Si le ayudamos.
DIRECTOR. ¿En
serio?
ACTRIZ JOVEN. Sí. Hay esperanzas.
DIRECTOR. Me
alegra saberlo. Pero… mi oferta sigue en
pié. ¿Cuál es tu
respuesta?
ACTRIZ JOVEN. Mi
respuesta es no.
DIRECTOR. ¿No?
ACTRIZ JOVEN. ¿Sabes? Quiero estar cerca de ella, trabajar con
ella. Creo que tiene muchas cosas que
transmitirme. Que enseñarme. Que contarme.
(Oscurece
lentamente la escena)
(…)
“EN BLANCO (el oficio del
recuerdo)”.
Accésit del V Premio Parábasis-Plaza
del Arte de la ESAD de Extremadura.
LA HISTORIA:
Una importante diva de la
escena y su hija (una popular actriz televisiva), son convocadas para actuar en
un nuevo proyecto, una obra que parte de “Antígona”, en el contexto de una
cruenta guerra civil, cuyas heridas no están aún cicatrizadas.
Al comenzar el periodo de
ensayos, las dos mujeres tratan de
asumir sus respectivos roles, pero comprobamos algunas dificultades de la
actriz mayor para memorizar el complejo texto.
Por otro lado, el director les confiesa que las autoridades
culturales empiezan a sospechar que el
resultado de su obra puede ser un tanto subversivo y pretenden tener acceso al
libreto para fiscalizarlo.
Poco a poco la muchacha va
dándose cuenta que su madre padece Alzheimer, y se esfuerza por ayudarla. Los ensayos avanzan y existe gran expectación,
a nivel político y mediático.
Y el día del estreno el teatro está lleno de invitados
de carácter institucional temerosos del resultado. Son los representantes de una sociedad que
desea una transición en la que se dé la espalda a querellas pasadas…
“En blanco” (el oficio de
recuerdo) es un texto de teatro dentro del teatro, sobre una actriz con alzheimer en una sociedad que desea olvidar.
ACERCA DEL TEXTO.
Esta es una historia que gira
en torno al olvido, protagonizado por unos personajes, profesionales de la
interpretación, para los que la memoria constituye una herramienta esencial de
su trabajo.
El teatro es el oficio del
recuerdo, es fundamentalmente memoria, no solamente porque los actores y las
actrices tengan que memorizar complejos textos, sino también porque la esencia
del teatro consiste en volver a recrear viejos conflictos que desde la época de
los griegos han desafiado la vida en común de las sociedades, y ante estas
situaciones, el teatro ha ido construyendo discursos que reflexionaban en voz
alta y que se han ido transmitiendo generación a generación durante más de dos
mil años.
Las neuronas de numerosos
actores y actrices han servido como vehículos de toda esta sensatez, de todo
este acervo cultural y social, que el Alzheimer cultural colectivo de una
época, la nuestra, con potentísimos medios tecnológicos y sobreabundancia de
información, pone, paradójicamente, en
peligro.
En este contexto, no es
casual que los personajes de esta obra vayan a representar una versión de la
“Antígona” clásica.
“En Blanco (el oficio del
recuerdo)” es, en definitiva, un texto de teatro dentro del teatro que gira en torno al olvido y a la memoria a nivel individual y colectivo, un texto sobre el conflicto y el compromiso, una obra ambientada en la transición y protagonizada por unas actrices que intentan recrear el mito de Antígona en un contexto de restricciones a la libertad de expresión. Un homenaje a las viejas teatreras que atesoran en la memoria tantos y tantos textos, diálogos, monólogos, transmitidos de generación en generación para preservar una maravillosa herencia amenazada por el olvido.
(Para leer más enviar mensaje a tomasafan@hotmail.com)
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